07 Sep Gabriel Figueroa
Fecha de entrega: septiembre 7, 1989
Se le otorgó la Medalla Filmoteca por permitirle al público acercarse al arte a través de la fotografía cinematográfica con una técnica sensible y estética que conmueve e impresiona al espectador.
Considerado el mejor fotógrafo del cine mexicano, nació el 24 de abril de 1907.
Estudió pintura en la Academia de San Carlos y música en el Conservatorio Nacional de Música. Durante su adolescencia comienza su interés por la fotografía haciéndose amigo de José Guadalupe Velasco y de los hermanos Gilberto y Raúl Martínez Solares.
A los veinte años obtiene su primer trabajo dentro de un estudio fotográfico. Se dedica cinco años a elaborar los encargos de retratos de distintos estudios de la Ciudad de México, incluyendo uno propio, donde experimentó con las técnicas de iluminación y encuadre que posteriormente marcarían su estilo.
En 1932 ingresó oficialmente a la industria cinematográfica haciendo la fotografía fija de películas como La sombra de Pancho Villa (1932), de Miguel Contreras Torres. Siguieron cuatro años en que se desempeñó como iluminador, operador de cámara y asistente de cinematografía, hasta que en 1936 debutó como cinematógrafo en la película Allá en el Rancho Grande (1936), de Fernando de Fuentes, éxito taquillero que le valió su primer premio en la Muestra Internacional de Cine de Venecia, por Mejor Fotografía.
A partir de entonces, y hasta 1943, realiza poco más de cuarenta películas. En ese año comienza una fructífera relación con Emilio “El Indio“ Fernández, formando una dupla inseparable durante veinticuatro películas que fueron escaparate para el inigualable estilo claroscuro que le caracterizó. Películas como Flor Silvestre (1943), La Perla (1945), Enamorada (1946) y Pueblerina (1948) son ejemplo de la colaboración entre dos referentes del cine mexicano.
Otras destacadas películas en las que participó fueron Los olvidados (1950), Dos tipos de cuidado (1952), La rebelión de los colgados (1954), Nazarín (1958), Macario (1959), El ángel exterminador (1962), El gallo de oro (1964), La noche de la iguana (1964) —por la cual recibiría nominación al Oscar— Simón del desierto (1964) y Pedro Páramo (1967). Su último filme fue Bajo el volcán (1983), de John Huston.
En 1971, al recibir el Premio Nacional de las Artes, resumió su quehacer con las siguientes palabras: “Estoy seguro de que si algún mérito tengo, es saber servirme de mis ojos, que conducen a las cámaras en la tarea de aprisionar no sólo los colores, las luces y las sombras, sino el movimiento que es la vida.”
Muere el 27 de abril de 1997, en la Ciudad de México.