En el posrevolucionario, joven e izquierdoso México de 1934, siendo Narciso Bassols Ministro de Educación y Carlos Chávez Director del Departamento de Bellas Artes, éste le propuso al fotógrafo norteamericano Paul Strand la creación de una especie de sistema de producción cinematográfica en México. Strand, que ya conocía México desde 1932 y que estaba prendado de las posibilidades plásticas de nuestro país, aceptó. En compañía de intelectuales mexicanos ideó el argumento de los pescadores del Puerto de Alvarado que, estando a la vera del río Papaloapan, reflejaba su atraso y explotación, y en general un mundo alejado del centro neurálgico, político y económico del país que era la Ciudad de México.

Con la ayuda de Emilio Gómez Muriel, un sobrino de Chávez, y de otros cineastas americanos y europeos como Henwar Rodakiewickz, Ned Scott y Fred Zinnemann, quien después alcanzó fama y gloria en Hollywood llegando a ganar el Oscar de la Academia de EUA, se rodó en ocho meses, con múltiples interrupciones por los problemas burocráticos de entrega, cada 15 o más días, de los dineros para la producción. Los mismos pescadores de Alvarado, representándose a ellos mismos, fueron los actores del filme a la manera del más puro neorrealismo (sólo había un actor profesional que se encontró por esos lares). La música se le encargó a Silvestre Revueltas quien hizo la magistral obra que posteriormente cobró vida propia como música de concierto.

La película que naturalmente tuvo problemas técnicos de origen, sigue siendo vigente; la fotografía, pese al sentido de la imagen fija de Strand, fue manejada por Zinnemann y tiene una importancia capital en el disfrute de la obra. La música de Revueltas, no obstante lo descriptiva que es, se une grandiosamente al espectáculo visual que es la puesta en escena de los pescadores, obteniendo los frutos del mar y al drama que es el asesinato del personaje principal.  El negativo original de este filme, al final de los años treinta, estando en Alemania para la reproducción y exhibición de la película, fue confiscado y destruido por las autoridades nazis, según contaba Zinnemann;  por todo esto es que la World Cinema Foundation (WCF) la seleccionó, a propuesta nuestra, para ser restaurada digitalmente y difundida con todos los recursos mediáticos de que dispone, pero sobre todo con el peso específico de la figura de Martin Scorsese, que es el fundador de esta institución y quien finalmente la seleccionó para ser restaurada.

Francisco Gaytán Fernández

Todo el material gráfico de esta exposición procede del acervo iconográfico del Centro de Documentación de la Filmoteca de la UNAM, al que agradecemos las facilidades brindadas para la producción del presente proyecto de difusión cinematográfica virtual.